La baja california ha sido considerada por los especialistas como un cul-de-sac. Se supone que en este callejón geográfico penetraron desde el norte, sucesivamente, pericues, guaicuras, cochimies y otros grupos. Los primeros recorrieron toda una península para ocupar, al final, el extremo sur. Los guaicuras, que pertenecían a una familia lingüística distinta a la mitad de la sierra de la giganta. Alli comenzaba el extenso territorio cochimies hablaban una lengua lejanamente relacionada con las lenguas yumanas. En el extremo norte de baja california se establecieron grupos como los paipais, los kiliwas, los kumiais, los diegueños y los cucapas.
Una de las creencias mejor difundidas a lo largo de la ares de la baja california era que un enviado de dios celeste se había hecho presente en la superficie de la tierra sembrando las pitahayas, componiendo los esteros y enseñando a los hombres como explotar su entorno.
Una de las creencias mejor difundidas a lo largo de la ares de la baja california era que un enviado de dios celeste se había hecho presente en la superficie de la tierra sembrando las pitahayas, componiendo los esteros y enseñando a los hombres como explotar su entorno.
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