El área del Golfo mantuvo durante el Clásico muy estrechas relaciones
con el resto de Mesoamérica, y en forma prioritaria con Teotihuacan, ya como
exportadora de valiosos bienes, ya como vía de paso comercial, ya como base de
enclaves.
Los sitios clásicos más importantes del área del Golfo pueden agruparse
en dos grandes zonas: al sur, Veracruz Central, de la cuenca del o Papaloapan a
la del Cazones; al norte, la Huasteca, hasta la cuenca del Pánuco. Con
excepción de El Tajín y Matacapan, las principales blaciones de Veracruz
Central no reflejan un cambio cualitativo con siderable en el tránsito del
Preclásico al Clásico. En sitios como Cerro de las Mesas, Las Higueras, El
Zapotal, Remojadas, Nopiloa o Dicha Tuerta se encuentran las técnicas
constructivas y la disposición espa cial características del Preclásico, pese a
que en los asentamientos suele haber un aumento de dimensiones.
De Veracruz Central procede un complejo escultórico de gran originalidad: la tríada yugo-palma-hacha, piezas de carácter religioso.
En el extremo norte de Veracruz Central, en tierras de selva tropical
lluviosa, se ubican El Tajín y Santa Luisa, a escasos 29 km de distancia entre
sí. Ambos lograron una extraordinaria actividad constructiva y expandieron sus
dominios gracias, principalmente, a la explotación de tres pródigas llanuras
aluviales: Espinal, San Pablo y Gutiérrez Zamora.
La Huasteca también cuenta con vestigios arqueológicos dignos de
mención. Esta zona del área del Golfo comprendía desde el norte de El Tajín
hasta la cuenca del río Pánuco, y se extendía de la costa a las estribaciones
de la Sierra Madre Oriental.
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